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globos aerostáticos

Mi segunda casa

por Domingo

Las 6:30 de la mañana, toca el despertador y me pongo en marcha, me esperan o tengo que recoger a compañeros para desplazarnos al instituto. Charlamos y contamos anécdotas de lo que ocurre en nuestro entorno y esperamos a que los kilómetros y el tiempo nos lleven a nuestro lugar de destino: el I.E.S. “Montes Orientales”. Para mí, esta ha sido una rutina que se ha dado durante treinta y tres años. La verdad es que podría decir que el 55% de mi vida lo he pasado entre estas “cuatro paredes”, es como mi segunda casa. Una casa especial porque cada día que aparcas en el patio del centro y accedes a su interior es una puerta que se abre y vivencias nuevas que te esperan. Son jóvenes a los que les transmites tu experiencia, tus conocimientos y, por supuesto, les tiendes una mano para darles consejillos que les pueden ayudar en sus vidas que, en estas edades, son tan cambiantes. He tenido suerte, esta vocación que un día elegí, me ha permitido trabajar con personas que piensan distinto, que tienen otras metas, que te enseñan a vivir y a coger experiencia para ofrecerla a otras generaciones. Por supuesto no todo es color de rosa, pero quizá ahí es donde está lo verdaderamente satisfactorio, contribuir en la formación de personas que van a ser responsables de esta sociedad y su futuro. A ellas me he dedicado toda la vida y siempre me queda el gusanillo de que podía haber hecho mucho más. Yo diría que el perfil de esta comarca, su nobleza y sencillez, invitan a implicarte. Las familias son el verdadero punto de referencia de sus vidas pero todos tenemos que ser partícipes de su formación para que sean mejores personas y ciudadanos.

Como decía antes, treinta y tres años dan mucho de sí y son muchos los compañeros docentes con los que he convivido y compartido experiencias y de los que he aprendido mucho. Sería descortés por mi parte si dejara de mencionar a alguno de ellos. Eso sí, mi departamento administrativo tan jovial, alegre y dinámico que siga apostando por nuestros futuros gestores. Por eso mi gratitud a todos por los días que hemos pasado juntos y el trabajo colectivo que hemos realizado.

El personal de administración y servicios, fundamental en la vida diaria del centro con su labor logística permiten que, desde las 6 de la mañana que se pone en marcha la caldera de la calefacción hasta las 20:00 horas o más tarde que se cierra con los dispositivos de seguridad, todo esté a punto para recibir cada jornada ochocientas personas, un pequeño pueblo lleno de vida y de inquietudes.

Las familias, a través del AMPA, son muy necesarias para cerrar el círculo de la formación, son el referente más importante para sus hijos y nosotros tenemos que contribuir para que esto sea así. Mis años me han permitido ver varias generaciones en la vida del centro. Niños y niñas que llegaron de los colegios, hoy veo a sus hijos y a ellos mismos con sus nietos y es un alago cuando llegan y me dicen: “Domingo, sigues igual de joven que antes”, a lo que yo respondo: “Sí, pero con menos pelo je je”. Lo que es la vida, verdad. Por eso tiene su puntito.

La verdad es que este centro tiene vida propia, pero he de reconocer que es un instituto que perdería mucho de su ser si no tuviera en cuenta a tantas personas, entidades públicas y privadas, técnicos y profesionales que colaboran con esta comunidad llena de actividad, que aportan su granito de arena desde otra perspectiva y que permite conectar a nuestro alumnado con otras realidades y experiencias.

De los equipos directivos qué voy a decir, hay que tener “…" para afrontar estas realidades. Mucha humanidad, gran dedicación y, sobre todo, gran implicación para querer hacer las cosas bien y que todo repercuta positivamente en nuestros jóvenes.

En fin, nunca me puse a pensar que llegaría este momento de mi vida. La jubilación siempre la veía distante, llegué en 1987 con la ilusión de esa edad en la que te comes el mundo y un día tras otro va pasando y sin darme cuenta me encuentro en 2020. No pasa el tiempo, pasamos nosotros, el IES “Montes Orientales” continúa y continuará funcionando. Nosotros somos piezas del tablero que tienen una función determinada para conseguir unos objetivos comunes.  

Con la misma humildad con la que llegué me iré. Ha sido un honor, un lujo, una suerte como persona y profesional haber pasado todo este tiempo con vosotros. Ahora inicio otro camino que dicen que es un chollo, el tiempo dirá. Dejo paso a otras generaciones para que aporten nuevas ideas y métodos y yo aprovecharé para hacer lo que siempre se dice, aquellas cosas que me gustan y que estaban aparcadas en un rincón. No tendría palabras ni tiempo para despedirme de todas aquellas personas a las que he conocido. A todos muchas gracias por el tiempo que me habéis dedicado y os deseo lo mejor. 

                        

Toda una vida en el IES “Montes Orientales”. Me siento bloqueado, es tanta cantidad de información y recuerdos los que tengo en mi memoria que cuesta trabajo dar salida a los sentimientos y vivencias que me han envuelto en estos 33 años.

El maestro Domingo

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